Lina (35), como muchas otras mujeres peruanas migrantes en Chile, apoya a su familia a distancia trabajando para otra persona en Santiago. Este año, preparándose para su viaje anual de Navidad para ver a su hijo adolescente, Lina se da cuenta de que éste ya no la necesita como antes. Sintiéndose desplazada emocionalmente, comienza un viaje donde se redefine a sí misma a medida que explora sus propios deseos e identidad.