Aunque es una obra de ficción, la trama toma inspiración de eventos y escándalos reales ocurridos en la historia reciente de la Iglesia Católica.
En la película, la aparición de una tortuga simboliza la lentitud y la deliberación cuidadosa del proceso de elección papal, así como la carga de la responsabilidad espiritual.
La película adapta el libro homónimo que explora las intrigas y políticas detrás de la elección de un nuevo Papa.
Para garantizar la autenticidad en la representación de los rituales y procedimientos del cónclave, la producción contó con la asesoría de teólogos y exmiembros del clero.
Debido a las restricciones para filmar dentro del Vaticano, la producción recreó meticulosamente escenarios en estudios y otras locaciones europeas para replicar la atmósfera del cónclave papal.
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