Ronnie Monroy está por cumplir 65 años. Toda su vida ha sido un anónimo empleado público y un aburrido esposo. Ahora, al borde de la jubilación, conoce la cárcel de mujeres, donde encontrará una oportunidad para darle un nuevo sentido a su vida. En la cárcel conoce a mujeres tristes y desamparadas, dispuestas a corresponder con afecto a quien quiera ser generoso con ellas. Él las ayuda a resolver sus problemas legales y, una vez libres, enfrentar sus problemas personales. De pronto, desarrolla habilidades que nunca pensó poseer. Es bueno negociando con jueces y fiscales, y navega con éxito las turbias aguas del sistema legal peruano.