El destino de dos hermanos se decide por un juego de vencidas. Walter gana la navaja que dejó su fallecido padre a Mario, el mayor de ambos. Walter quiere ir a la fiesta de la chica a la que se le quere declarar, Pamela (Katia Salazar), una chica de familia acomodada que vive en La Molina y con la cual él quiere, aprovechando la ocasión, dejar de ser casto.